Nuestro hijo corre más lento que los demás, es patoso y se cae con facilidad, tuerce los pies a menudo, camina con los pies hacia dentro o hacia fuera, tiene una forma de caminar  o una postura”rara”,se queja de que le duelen los pies, rodillas, caderas… estos son algunos de los síntomas que nos indicarán que posiblemente necesite plantillas.

Como ya os hemos indicado en un post anterior de nuestro blog, como norma general no se  deben de poner plantillas antes de los 7 años, ya que las articulaciones todavía no están formadas y corremos el riesgo de provocar sobrecorrecciones, hasta esa edad  en caso de existencia de algún problema se hacen recomendaciones de calzado y ejercicios específicos para cada caso además de cambios en los hábitos posturales.

A partir de los 7 años, las articulaciones ya están formadas, pero son maleables hasta los 17 años aproximadamente, es por ello que este intervalo de edades (7-17 años) es el idóneo para corregir malposiciones en los pies, cuanto antes empecemos con el uso de plantillas, mejores y mayores serán los resultados, ya que la corrección articular es un proceso lento.

La malposición de una articulación nos provocará una elongación ligamentosa que nos dará lugar a torceduras y esguinces, debiendo estos ser tratados mediante fisioterapia y plantillas, la fisioterapia nos ayudará a que el ligamento recupere su elasticidad y las plantillas a poner la articulación en su sitio.

Cuando tenemos una articulación mal colocada, alteramos la marcha normal (forma de caminar), por eso nuestros hijos son más lentos y  patosos que los demás, también relacionado con ello está la adquisición de una postura inadecuada, que por mucho que les insistamos “colócate bien” su forma estructural tiende a que se coloque erróneamente.

La mala alineación de la articulación subastragalina será la causante de meter los pies hacia dentro o hacia afuera.

Cualquiera de los problemas mencionados anteriormente puede o no cursar con dolor a nivel de pies, rodillas o cadera.